Un final redondo. La trama va enlazándose de forma lenta, pero llevadera. El tema de la muerte está tratado con una delicadeza extrañamente cruda a la par que esperanzadora a lo largo del filme. La parte de Antonio Banderas, bellísima. El personaje de Dylan y cómo lo han resuelto, ternísimo. Qué bien y qué bien trabaja Oscar Isaac. |